La sospechosa goleada de Alianza Lima sobre Estudiantes

El histórico partido de ayer entre el conjunto victoriano y el vigente campeón de la Copa Libertadores me dejó serias dudas como aficionado. La mayoría de hinchas aliancistas seguramente deseó -antes del encuentro- que su equipo no sea humillado por el elenco que venía de aplastar al Juan Aurich de Chiclayo, al que goleó por 5 a 1.

Pocos creían en una victoria holgada sobre el cuadro 'pincharrata' ya que Estudiantes era más en los papeles. El equipo rioplatense era favorito por la alineación de jugadores que presentó, entre los que destacaba nítidamente Juan Sebastían Verón, confirmado por Diego Maradona para integrar la Selección Argentina en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Lo que no pudo hacer Cruzerio de Brasil en la final de la Libertadores del año pasado ni el temible Barcelona de España, lo consiguió Alianza Lima al superar en todas sus líneas a Estudiantes de La Plata. Verón y compañía no pudieron doblegar a un equipo que se mostró muy seguro en defensa y fue contundente en ataque, sobre todo en el contragolpe.

En el comienzo los hinchas blanquiazules temieron lo peor porque Estudiantes se pusó rápidamente en ventaja en una jugada confusa: el delantero Mauro Boselli aprovechó la descoordinación de la zaga 'grone' para batir a placer al arquero Salomón Libman. El desconcierto inicial y la falta de reacción provocaron la desazón en los asistentes que coparon 'Matute'. Alianza Lima no presionaba la salida del guardameta rival ni creaba jugadas de peligro. En esos primeros minutos Estudiantes se mostró confiado y un poco relajado ya que no buscaba con ambición la portería aliancista.

Pero todo cambió con el correr del partido, y sobre todo cuando la pelota iba en la dirección del' 'Zorrito' Wilmer Aguirre, a quien la prensa gaucha calificó de desequilibrante, gambeteador, electrizante y efectivo. Aguirre, en efecto, fue todo eso y más dentro de la cancha. Cuando el esférico caía sobre sus botas o su pecho se deshacía de su marcador con una facilidad impresionante. Apenas se hacía con el balón arrancaba y dejaba en ridículo a la defensa. Sus enganches y verticalidad causaron destrozos en la retaguardia de Estudiantes.

Aguirre parecía un jugador diferente, un privilegiado por los dioses por su forma de encarar a los defensas y apuntar siempre al arco. Anoche fue incontenible para equipistas que anularon con relativa eficacia a jugadores como Messi, Ibrahimovic, Iniesta o Henry en la final del Mundial de Clubes de este año. El ariete aliancista tuvo una noche mágica y soñada pues nunca había anotado tres goles en una competencia tan importante como La Libertadores.

Pronto todo el equipo victoriano se contagió de la magia que salía de los botines de Aguirre y comenzó a acompañarlo en sus incursiones al área argentina. La velocidad que le imprimía a sus piques y su gambeta corta se tornaron indescrifrables para Desábato, Rodríguez y Braña. Parecía la reencarnación de Garrincha, el mejor wing derecho de todos los tiempos.

Los tres goles, verdaderas obras de arte, fueron convirtiendo a Aguirre en la figura excluyente del terreno de juego. El promocionado Verón, el mejor jugador de América el año pasado, lucía impreciso con la pelota, al extremo que cada perdida suya se convertía en un peligroso contragolpe para Alianza. El error de Estudiantes fue marcar siempre en línea y desconocer la habilidad de Aguirre. Bueno, en realidad los hinchas blanquiazules y sus propios compañeros desconocían que Aguirre pudiera exhibirse de ese modo.

La sospecha sobre el triunfo de Alianza se fundamenta en que el conjunto no jugó de la misma manera ante un rival muy inferior como el recientemente ascendido León de Huánuco, con el que perdió por un gol a cero en descuentos. Otra razón que alimenta nuestra duda es el extraordinario rendimiento de los delanteros aliancistas, especialmente el Aguirre, quien fue desafectado del FC Metz de Francia por bajo desempeño, porque lo que jugó ayer nadie no se lo había visto hacer a otros equipos. Por eso llama la atención que haya regateado a marcadores más experimentados y veloces, y que no pudiera hacer lo mismo con los que enfrenta cada fin de semana en el fútbol peruano.

Su demostración quedará grabada en la memoria de los aliancistas para siempre, la cual fue muy similar a la exhibida por Edwin Congo, jugador colombiano que deslumbró a propios y extraños con la casaquilla del Once Caldas, precisamente en una edición de Copa Libertadores. Congo brilló ante equipos como Vélez Sarsfield y River Plate y fue contratado inmediatamente por el poderoso Real Madrid, donde no pudo demostrar ninguna de las cualidades que lo llevaron al conjunto español. Congo siguió su carrera en equipos de menor jerarquía de 'La Liga de las Estrellas' y terminó en formaciones de segunda división.

Lo sorprendente en el caso del 'Zorrito' Aguirre (y en el de Alianza Lima) es que la performance desarrollada no guarda relación con sus antecedentes y capacidades futbolísticas. Aguirre apuntaba a ser una 'joya' de las canteras victorianas como Jefferson Farfán cuando debutó en el 2001, pero su figura se fue apagando como muchas otras promesas. A los 27 años nunca había realizado una gran campaña. Su irregularidad, tanto en el torneo local (de muy bajo nivel) y en el exterior nunca fue relevante. Su breve paso por la selección mayor y categorías juveniles (defendió al Perú como Sub-20) fue igual de olvidable.

El promedio goleador de Aguirre es 0,28 por encuentro, lo que quiere decir que anota cada tres partidos. Como vemos, sus cifras no son para nada impresionantes. De ahí que surja la cuestión de si su rendimiento fue producto de factores extradeportivos. Dada su mediocridad y poca efectividad en el área, puedo sospechar, a título personal, de que lo que vimos en el Alejandro Villanueva, el estadio aliancista, no fue fruto de su iluminación o genialidad por día, sino de ventajas que desmerecen la lealtad deportiva.