La gran contradicción de Vargas Llosa consiste respaldar a un postulante cercano al pinochetismo y condenar las atrocidades que cometió la dictadura
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Determinar el momento preciso en que se jodió el escritor peruano no es tan relevante como el porqué. Su evolución política, si interesa a alguno, ha sido reseñada por el periodista César Hildebrandt en el diario La Primera (La pifia a Vargas Llosa, 14 de enero de 2010). Para despejar la interrogante
diremos que si hubo un momento fue cuando el novelista encabezó el Fredemo, alianza de partidos y movimientos de derecha que fue derrotada en las accidentadas elecciones de 1990.
diremos que si hubo un momento fue cuando el novelista encabezó el Fredemo, alianza de partidos y movimientos de derecha que fue derrotada en las accidentadas elecciones de 1990.
Los motivos de su tránsito al extremo opuesto de la izquierda son muchos, entre los que destaca la adopción de la ideología neoliberal que llevó al mundo occidental a una de sus mayores crisis. Pese al derrumbe de los postulados que enzalsaron al mercado por sobre todas las cosas, Vargas Llosa sigue creyendo que el capitalismo, sin límites ni fronteras, es la mejor opción para desarrollarnos. Nada más alejado de la realidad, desde luego, pues el Estado -al cual los neoliberales pedían practicamente su defunción- salvó al mercado. Sin la intervención de los gobiernos el sistema financiero internacional hubiera caído como un castillo de napies.
Volviendo a Vargas Llosa, pero no al escritor sino al activista político, resulta pertinente destacar sus declaraciones a favor del candidato de la Alianza por el Cambio Sebastián Piñera, a quien dijo conocer desde hace mucho tiempo. En una entrevista concedida a RPP sostuvo que Piñera, uno de los hombres más acaudalados de Chile, "no estuvo vinculado a Augusto Pinochet". Esta afirmación revela que nuestro literato no conoce bien al aspirante a la presidencia chilena pues el 28 de octubre de 1998 exigió la liberación inmediata de Pinochet, quien estuvo bajo arresto domiciliario en Inglaterra por orden del juez español Baltasar Garzón. En el mitin donde pidió que se respete la inmunidad del entonces senador vitalicio, se refirió a Pinochet como "ex presidente de la república", en lugar de llamarlo 'tirano' o 'dictador' toda vez que llegó al poder mediante un golpe militar.
Además el propio Piñera afirmó durante el debate televisivo que sostuvo con Eduardo Frei, candidato de la Concertación, que no descarta convocar a ex funcionarios del pinochetismo para conformar su equipo de gobierno. Esta declaración lo pinta de cuerpo entero pues está dispuesto a incorporar a políticos que colaboraron con un régimen que violó derechos humanos.
Por si fuera poco, la UDI (Unión Democrática Independiente), donde militó inicialmente Piñera, fue fundada por Jaime Guzmán, personaje que diseñó la Constitución de 1980 de Pinochet. José Piñera, hermano del aspirante a la presidencia, fue ministro de Trabajo del sanguinario dictador.
En RPP, el ex candidato peruano mencionó que la derecha tiene una fama injustificada pues se le acusa de ser explotadora. "La derecha no fue explotadora... es una idea equivocada", expresó a través del teléfono. El creador de 'Conversación en la Catedral' olvida que la derecha fue la gestora de casi todas las rupturas constitucionales en el continente (Eduardo Galeano lo explica brillantemente). La satanización la tiene bien ganada pues incitó a los militares a derrocar presidentes democráticamente elegidos como Salvador Allende.
Ahora bien, las lagunas mentales de MVLL vienen acompañadas de varias contradicciones ya que si declara que "Chile, después de Pinochet, logró un desarrollo político, económico y social notable", ¿para qué cambiar a la coalición que lo hizo posible? El escribidor tiene bien claro que el país sureño "es un ejemplo para el Perú y para toda América Latina". Si esto es así, lo más acertado sería continuar con la Concertación para no arriesgar las metas alcanzadas; pero Vargas LLosa prefiere a Piñera, cuyo respaldo le ganó el abucheo de los socialdemócratas durante la inauguración del Museo de la Memoria chileno, que sirve para recordar los horrores de la dictadura de Pinochet (1973-1990).
Vargas Llosa se equivoca en llamar "honesto" al empresario, un hombre que recurre a testaferros como Emilio Rodríguez Larraín para operar la aerolínea LAN Perú. La legislación peruana no permite que extranjeros controlen participaciones mayoritarias empresas aéreas, de ahí que haya buscado un socio peruano para poder operar. Entonces, ¿puede ser honesto alguien que comente fraude a la ley para expandir las actividades de su flota? La pregunta obviamente es retórica.
Cuando Pinochet entregó el poder en 1990, pese a continuar como comandante general de las Fuerza Armadas hasta 1998, Vargas Llosa se decantó por Hernán Buchi, ex ministro de Hacienda del tirano en lugar de respaldar al democratacristiano Patricio Aylwin, quien a la postre ganó las elecciones. De modo que no es la primera vez que MVLL escoge a una figura vinculada a la dictadura chilena para expresarle su apoyo.
Las críticas que Vargas Llosa realiza en sus ensayos (en el diario El País y El Comercio) contra sistemas totalitarios y autócratas latinoamericanos como Hugo Chávez, pierden validez y seriedad cuando emplea su fama y su pluma para revitalizar a la derecha más conservadora y recalcitrante del continente.
Por: César Reyna
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