El año pasado Jaime Bayly le aseguró a Keiko Fujimori, congresista y candidata presidencial de Alianza por el Futuro, que su padre sería indultado por Alan García un mes antes de terminar su periódo.
Esta afirmación la realizó antes de la primera sentencia condentaria durante una entrevista en el programa 'El Francotirador'. En esa oportunidad la hija del reo manifestó que el indulto no sería necesario porque confiaba en la inocencia de su padre. Pero una vez conocida la decisión de la Sala Penal Especial que sentenció al ex mandatario a 25 años de cárcel, Keiko Fujimori dejó entrever el indulto como una posibilidad tras conocer el revés judicial.
Esta afirmación la realizó antes de la primera sentencia condentaria durante una entrevista en el programa 'El Francotirador'. En esa oportunidad la hija del reo manifestó que el indulto no sería necesario porque confiaba en la inocencia de su padre. Pero una vez conocida la decisión de la Sala Penal Especial que sentenció al ex mandatario a 25 años de cárcel, Keiko Fujimori dejó entrever el indulto como una posibilidad tras conocer el revés judicial.
El fujimorismo inmediatamente convirtió la liberación del 'chino' en su única causa y razón para volver a gobernar. Lejos de exhibir un programa donde desarrolle una serie de políticas sectoriales (en materia de salud, educación, vivienda, empleo, saneamiento, seguridad, etc.); los seguidores de Alberto Fujimori se dedicaron exclusivamente a demandar la excarcelación de su lider.
Tras la lectura de la sentencia, las encuestas favorecieron rápidamente a la joven lideresa, colocándola en la cima de las preferencias electorales con alrededor de 21%. El proceso judicial sirvió para que el fujimorismo refrescara la memoria de los peruanos en el campo económico, donde puede exhibir logros importantes, asi como en materia de pacificación nacional, donde los excesos oscurecieron la lucha contrasubversiva. Recordarle a la población la capitulación de la cúpula senderista y el control de inflación fue suficiente para que Keiko Fujimori comandara las encuestas durante varias semanas.
Parece que los juicios por violaciones de derechos humanos y corrupción no han mellado la popularidad del movimiento. Si bien los fujimoristas no han conseguido el levantamiento los cargos, al menos han obtenido publicidad gratis para dar su versión de los hechos. Como se recordara, los medios prestaron mucha atención a los descargos de Keiko Fujimori, Carlos Raffo y el abogado César Nakasaki. En todas las ocasiones en las que se presentaron no solo hablaron del proceso penal, sino que promocionaron las cosas buenas que tuvo el régimen fujimorista.
A más de dos semanas de la ratificación de la condena contra el ex presidente, la candidatura de su hija parece perder fuelle ante la consolidación del alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, quien ocupa el primer lugar de las preferencias, y la aparición de otros postulantes como Jaime Bayly, probable fénomeno electoral. Pese al aparente estancamiento de Keiko Fujimori, quien sigue debajo de Castañeda y con el líder nacionalista Ollanta Humala pisándole los talones, el 57% de los peruanos, según un sondeo de Ipsos-Apoyo (publicado el 17 de enero en El Comercio), se manifiesta a favor del indulto.
Si se suma el 26% que piensa que Fujimori debería ser indultado de inmediato con el 12% y el 10% que sostienen que debe ser perdonado tras una cantidad de años en prisión (cuando cumpla 75 y 80 años, respectivamente), más el 9% que cree que debe ser puesto en libertad si se encuentra muy enfermo, se obtiene la cifra señalada en el párrafo anterior. Es decir, si bien el peruano promedio, siguiendo a Apoyo, considera que Fujimori es culpable -de hecho para el 61% lo es-, casi la mitad se muestra a favor de la ratificación de la sentencia (52% de la muestra). Nótese la disminución del 61% que lo declara culpable y al 52% que le aplicaría todo el peso de la ley (la sentencia condenatoria en rigor). Entre ambos porcentajes hay 9% de diferencia. Ese 9% seguramente opina que Fujimori no debe ir a prisión, o que si lo hace no sea bajo los téminos de la sentencia.
En la encuesta se percibe el ánimo indulgente del entrevistador y los entrevistados, guiados por el primero, para con Fujimori. Parte de la benevolencia de los opinantes se explica por las reformas económicas que llevó a cabo el ex presidente y por su avanzada edad. El deterioro de su estado de salud quizá haya hecho pensar a muchos que los ancianos no deben morir en la cárcel. Para cierto sector resulta un exceso la aplicación de 25 años a un hombre que tomó las riendas del país en uno de sus momentos más difíciles. Pero lo bueno de su decenio no puede ocultar las ejecuciones extrajudiciales ni el aprovechamiento de fondos públicos.
Los que piensan que Fujimori debe cumplir la totalidad de su sentencia representan el 43% de la muestra. Los que lo consideran inocente llegan a 28%. Y los que están en contra del fallo alcanzan el 40%. Estos números y los anteriores han sido difundidos para ir preparando el terreno para liberar a Fujimori. De eso no nos cabe duda. Si se interpretan adecuadamente se descubrirá que el porcentaje que respalda el indulto (el 57% lo excarcelaría a una determinada edad o por razones humanitarias) se encuentra discretamente repartido.
Con el correr de los meses, cuando la campaña electoral absorba la atención de la ciudadanía, la pregunta será más directa y explícita. Es por eso que Keiko Fujimori ahora se niega a invocar el indulto por razones humanitarias para su padre, figura que no se aplicaría en su caso pues lo prohíbe la legislación nacional asi como tratados internacionales. En teoría Alan García no podría indultar a Fujimori a menos que el Congreso derogue la Ley Nº 27780 que limita esa facultad presidencial y nos retiremos de la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (v.g., denunciar el Pacto de San José de Costa Rica, lo que tomaría un año).
A pesar de los obstáculos legales, lo que estaría buscando el Gobierno es crear un ambiente para que la cuestionada medida sea aceptada por la mayoría de peruanos, aunque sea de manera resignada. Que el ministro de Justicia Pastor haya declado que el presidente García analizaría toda solicitud de indulto, incluida la de Fujimori, representa el primer paso de una campaña destinada a pagar un viejo favor político (*) y en pro de la impunidad.
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(*) Alan le debe a Fujimori la cancelación de las acusaciones constitucionales por enriquecimiento ilícito y la matanza de El Frontón.
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